Los ingredientes necesarios para una Organización Saludable.
Con las Organizaciones Saludables pasa como con el pan integral, que hasta que no miramos los ingredientes no sabemos si de verdad es integral. Por desgracia, no pocas organizaciones se autodenominan saludables cuando, en el mejor de los casos, sus acciones saludables no pasan de ser cosméticas, poniendo unas cestas de frutas, una mesa de ping-pong u organizando un club de corredores.
Por otro lado, están las organizaciones que están apostando con decisión por ser verdaderas Organizaciones Saludables. Son pocas, pero su número crece y seguirá creciendo hasta que la salud de las personas acabe convertida en un elemento estratégico para cualquier organización. Como así ha sucedido con la Prevención de Riesgos Laborales en los últimos 25 años.
El reto para las organizaciones pioneras en incorporar en la estrategia corporativa la salud de sus colaboradores es saber qué ingredientes ha de incluir la receta de una auténtica Organización Saludable. Los primeros pasos que están dando estas empresas van encaminados a responder a la siguiente pregunta:
¿Qué condiciones de trabajo favorecen la salud y bienestar de las personas?
- Para dar respuesta a esta pregunta, más allá de la vigilancia de la salud y la seguridad en el entorno físico de trabajo, estas organizaciones están poniendo el foco en las condiciones de trabajo que reducen los riesgos psicosociales. La conciliación, la flexibilidad horaria, los salarios justos, la adecuada organización del trabajo, estilos de dirección motivadores, el buen clima laboral, el fomento del desarrollo profesional, etc. favorecen la salud y el bienestar de las personas en su entorno laboral.
Pero… ¿La salud de las personas depende sólo de su entorno laboral?
Evidentemente no. Los principales problemas de salud de la población activa son el estrés, la depresión, los trastornos musculares y articulares y los problemas metabólicos y cardiovasculares. La diferencia entre una organización saludable y una organización tóxica radica en los porcentajes en los que se presentan dichos problemas de salud. Pero ni un entorno laboral saludable inmuniza a todos sus trabajadores frente a estos problemas, ni trabajar en una organización “tóxica” supone una condena para todas las personas expuestas a dicho entorno.
La salud de los trabajadores, al fin y al cabo, depende también, y mucho, de sus habilidades de salud, sus hábitos y sus motivaciones. Una persona con hábitos poco saludables o carente de habilidades personales de salud, muy probablemente padecerá problemas de salud por más que trabaje en la mejor de las empresas saludables.
En Hewego queremos ayudar a las organizaciones y a las personas a mover el foco para crear verdaderas Organizaciones Saludable
En Hewego creemos que sí. Fomentar entornos de trabajo saludables es imprescindible, pero no suficiente si queremos mejorar de forma eficaz la salud y bienestar de las personas. Una organización que establezca entre sus objetivos estratégicos ayudar a las personas a potenciar sus habilidades personales de salud conseguirá mejorar de forma eficaz y eficiente la salud de las personas, y por supuesto, la de la propia organización.
Así pues, una verdadera Organización Saludable ha de contar con dos ingredientes clave: Las condiciones de trabajo que favorezcan la salud y el bienestar de las personas, y potenciar las habilidades de salud de las personas.